Libro: LA ISLA DE LOS 5 FAROS – Cómo mejorar nuestra comunicación y hacerla más memorable-
Autor: Ferran Ramon-Cortés
Cómo mejorar nuestra comunicación y hacerla más memorable.
Hago lo que me gusta y me encanta lo que hago.
Toda comunicación en público, sea de la naturaleza que sea, tiene que apoyarse en una gran idea, una única y gran idea, y que deber recorrerla como si de una columna vertebral se tratara: de un extremo a otro. Todos los argumentos tienen que girar a su alrededor, mantener su esencia. Y los que escuchan han de poder captarla.
De la misma forma que los faros no pierden su magia, los grandes mensajes nunca pierden su valor.
Habla sólo si lo que tienes que decir es mejor que el silencio.
La luz de Artrutx y su mensaje brillaban por encima de todas las otras luces. Pero, ¿cómo lo hacía? En primer lugar, ocupando una posición estratégica. En segundo lugar, emitiendo una luz de una intensidad mucho más potente que las otras. Y en tercer lugar, teniendo una luz diferente que, por lo tanto, destacaba.
Aprovechar en nuestra comunicación el poder sugestivo y la magia de las historias.
Contar una cosa o convertirla en una historia produce un efecto muy diferente. Las historias quedan grabadas en la mente, algo que difícilmente consigue la información, a no ser que se trate de una información especialmente relevante.
Habla un lenguaje que comparten todos tus interlocutores y que conecta fácilmente con ellos.
La mayoría de las veces yo hablaba en mi lenguaje y no en el de los que me escuchaban.
El lenguaje que utilizamos dice mucho de nosotros.
Utiliza el lenguaje para conectar con los demás y para hacerles sentir que tu mensaje es sólo para ellos.
El mensaje que vale es el que se recibe, no el que se emite.
Un tono de voz determinado da un sentido u otro a nuestras palabras.
Lo que al fin y al cabo habremos dicho será lo que las personas capten, no lo que nosotros teníamos la intención de decir.
Los que escuchan hablan con los OJOS. Los ojos lo dicen todo. Si tienes que parar, si tienes que ir más deprisa… Hay que estar siempre atento a la mirada de la gente. Hay que saber leer los ojos.
La voz es el reflejo de lo que sientes. No cambies la voz, cambia lo que sientes.
Comunicamos lo que sentimos, nada más que lo que sentimos. Y lo que sentimos no se puede esconder.
Un mensaje que invite a acercarte sin ningún tipo de coacción.
Comunicar como los faros significa darnos a conocer, de la forma más brillante y más seductora posible, ofreciendo libertad absoluta para que los demás vengan hacia nosotros o sigan otro camino. Sólo nuestro entusiasmo, la fuerza de nuestra luz, la magia de nuestros destellos, consiguen que nos escojan. No puedo presionarte ni puedo coartar tu libertad, porque comunicar no es arrastrar ni empujar, es invitar. La libertad de escoger es un valor irrenunciable del que todos disfrutamos.
Comunicar e invitar exigen una seguridad personal y una dosis de generosidad que están al alcance de muy pocos.
Invitar en lugar de empujar.
Es tu convicción la que me convence (como cliente), no cualquier esfuerzo que puedas hacer para convencerme.
Los sentimientos tienen la capacidad de calar muy hondo. Y lo que sentimos muy adentro nunca lo olvidamos.
La necesidad de tener un único y gran mensaje, de hacerlo memorable a través de las historias, de utilizar un lenguaje que conecte con la gente, de estar pendiente de lo que la gente capta, no de lo que quiero decir, y de estar convencido e invitar en lugar de intentar convencer.
La vida se vive con el corazón no con la cabeza.
De poco sirven nuestros pensamientos si no somos capaces de hacerlos llegar a los demás.
Las 5 claves de la comunicación
1-Un único gran mensaje. Leonardo da Vinci dijo en una ocasión que la simplicidad es la mejor de las sofisticaciones, principio que se aplica también a la comunicación.
2-Explicado de forma memorable. Hablar es transmitir información. Comunicar, en cambio, también mueve emociones. Y la diferencia entre emoción y razón es que la razón lleva a la conclusión y la emoción a la acción.
3-Con un lenguaje que conecte. Las diapositivas que preparamos para una presentación son una ayuda visual. No son la propia presentación. Si ponemos una presentación que el público pueda leer, dejará de escucharnos y perderemos la capacidad de persuasión.
4-Teniendo presente que el mensaje que cuenta es el que capta la gente. La comunicación se establece a través de tres canales:
a)_Las palabras que decimos.
b)_El tono de voz que utilizamos.
c)_El lenguaje no verbal.
En nuestra audiencia reconoceremos dos tipos de miradas que hay que tener en cuenta, las de confort –se expresan con una sonrisa y un leve gesto afirmativo- y la mira de reto –se expresan con una postura corporal distante y un rostro que sugiere duda o desacuerdo.
La primera impresión es no verbal. Muchas veces la audiencia llega a una conclusión sobre el ponente antes de que éste haya tenido la más mínima oportunidad de deslumbrar con su contenido.
El cerebro aprende tanto de la experiencia como de la imaginación de la experiencia. Cuando una persona imagina que juega a tenis, utiliza las mismas estructuras cerebrales que cuando juega a tenis. Por eso la mayoría de deportistas practica visualizando.
5-Invitando en lugar de intentando convencer
Con nuestra ilusión y convencimiento debemos invitar a la gente a que comparta nuestro mensaje, y darle total libertad para que piense diferente.
Debemos estar dispuestos a responder, pero evitando en todo momento las reacciones. La respuesta hay que expresarla en un tono tranquilo y respetuoso.
La naturalidad es un valor muy preciado en comunicación.
Tras la lectura de este libro con pocas páginas y mucho contenido de calidad, cabe destacar que cuando nos dirigimos a nuestro equipo, tenemos que tener clara la idea que queremos comunicar y el resto de nuestro discurso girará siempre alrededor de esa idea central. Tanto si hablas a tu equipo como a tus clientes, utiliza un lenguaje claro y sencillo, que el que escucha lo entienda sin problemas, huye de las palabras técnicas que no ayudan a comunicar tu mensaje. Invitar no es empujar, huye de hacer ventas con calzador. Y recuerda, no hables sino vas a mejorar el silencio. Mejor ser natural y sincero.